los juegos de la imagen
Uno de los temas fundamentales a la hora de pensar en turismo es la imagen de un destino. En este sentido, el caso de México es muy particular, dadas sus condiciones sociales, culturales e incluso territoriales: ser la frontera sur de Estados Unidos, ser latinoamericanos y ser, por desgracia, un país que muchas veces da la impresión de ser socialmente inestable o inseguro, son factores que hacen que la imagen, en el caso de México, sea un auténtico reto a asumir por parte de todos. Hace pocos días ocurrió en la capital mexicana un fenómeno que, si bien no tiene relación directa con el turismo, posee una repercusión clara en la imagen del país como destino: el desnudo masivo convocado por Spencer Tunick en el zócalo capitalino.
El polémico desnudo, más allá de ser un tema de controversia, ayuda a promover a México como un país de libertades culturales, de amplia apertura a nuevas expresiones y, de cara al turismo, pone a México como un país de brazos abiertos (gracias, Tabasco, por el slogan). El hecho de que casi veinte mil chilangos hayan asistido al cuadro mayor de la ciudad, con la única intención de participar en una obra de arte, ha convertido al DF en una ciudad cosmopolita a los ojos del mundo. Y es cierto: la Ciudad de México es una ciudad desde la cual cada vez más surgen expresiones de todo tipo. No es casualidad que este año la Ciudad de los Palacios® sea la sede del certamen Miss Universo, ni que el año entrante vaya a ser el escenario del Congreso Mundial del SIDA. Incluso, y a raíz de estos dos eventos, se analiza la posibilidad de que México sea la sede del Mundial de Fútbol del 2010 y de que albergue un campeonato de la NFL. Así de importantes llegan a ser expresiones como la de Tunick de cara al turismo.
Sin embargo, también hay que rescatar de la foto de Tunick y del desarrollo del DF como destino para el turismo de negocios algunas preguntas clave para la industria: ¿bastan este tipo de expresiones para posicionar a un destino? Hay que atender otros temas de fondo, como la inseguridad, por ejemplo. Si bien el Lic. Elizondo ha declarado hace pocos días que la inseguridad no ha agredido al sector turístico, es cierto que algunos puntos del país no lo han visto así: la caída del turismo fronterizo en la primera parte del año, que ha sufrido una baja de nada menos que el 20%, podría ser muestra de ello. Por otra parte, si la industria tiene tal potencial de desarrollo, ¿cuál es su papel como generador de empleo a partir de la imagen del país? ¿Se puede pensar en un turismo de negocios sustentable, que atienda a las necesidades de la industria, pero también a las demandas de México?
La semana pasada ocurrió en Los Ángeles una represión a manifestantes migrantes mexicanos por parte de la policía de elite angelina. Mientras ello ocurría, la discusión en México pasaba de la legislación del aborto a la polémica de Tunick. ¿Qué tanto esta imagen de país abierto al futuro se ve afectada por una situación generada por el mero desempleo y la falta de oportunidades en el país? ¿Qué tanto la propia imagen de México se vería beneficiada por una industria que se ocupara también de dar empleos, combatiendo problemas de inseguridad y otros factores que también afectan nuestro posicionamiento en el mundo?
Sin duda, el lugar de México como destino para el turismo de negocios va mucho más allá de la propia imagen, que, si bien es importante, debe estar respaldada por acciones concretas. No hay que caer en el juego de pensar que expresiones como la fotografía de Tunick bastan para una imagen sólida; mientras esa libertad artística no se vea respaldada por un país con oportunidades, la imagen quedará distorsionada. En este sentido, el turismo de negocios puede tener un papel fundamental, al potenciar las oportunidades mientras posiciona al país y lo promueve; juegos de la imagen, que pueden significar una armonía total entre forma y fondo.
El polémico desnudo, más allá de ser un tema de controversia, ayuda a promover a México como un país de libertades culturales, de amplia apertura a nuevas expresiones y, de cara al turismo, pone a México como un país de brazos abiertos (gracias, Tabasco, por el slogan). El hecho de que casi veinte mil chilangos hayan asistido al cuadro mayor de la ciudad, con la única intención de participar en una obra de arte, ha convertido al DF en una ciudad cosmopolita a los ojos del mundo. Y es cierto: la Ciudad de México es una ciudad desde la cual cada vez más surgen expresiones de todo tipo. No es casualidad que este año la Ciudad de los Palacios® sea la sede del certamen Miss Universo, ni que el año entrante vaya a ser el escenario del Congreso Mundial del SIDA. Incluso, y a raíz de estos dos eventos, se analiza la posibilidad de que México sea la sede del Mundial de Fútbol del 2010 y de que albergue un campeonato de la NFL. Así de importantes llegan a ser expresiones como la de Tunick de cara al turismo.
Sin embargo, también hay que rescatar de la foto de Tunick y del desarrollo del DF como destino para el turismo de negocios algunas preguntas clave para la industria: ¿bastan este tipo de expresiones para posicionar a un destino? Hay que atender otros temas de fondo, como la inseguridad, por ejemplo. Si bien el Lic. Elizondo ha declarado hace pocos días que la inseguridad no ha agredido al sector turístico, es cierto que algunos puntos del país no lo han visto así: la caída del turismo fronterizo en la primera parte del año, que ha sufrido una baja de nada menos que el 20%, podría ser muestra de ello. Por otra parte, si la industria tiene tal potencial de desarrollo, ¿cuál es su papel como generador de empleo a partir de la imagen del país? ¿Se puede pensar en un turismo de negocios sustentable, que atienda a las necesidades de la industria, pero también a las demandas de México?
La semana pasada ocurrió en Los Ángeles una represión a manifestantes migrantes mexicanos por parte de la policía de elite angelina. Mientras ello ocurría, la discusión en México pasaba de la legislación del aborto a la polémica de Tunick. ¿Qué tanto esta imagen de país abierto al futuro se ve afectada por una situación generada por el mero desempleo y la falta de oportunidades en el país? ¿Qué tanto la propia imagen de México se vería beneficiada por una industria que se ocupara también de dar empleos, combatiendo problemas de inseguridad y otros factores que también afectan nuestro posicionamiento en el mundo?
Sin duda, el lugar de México como destino para el turismo de negocios va mucho más allá de la propia imagen, que, si bien es importante, debe estar respaldada por acciones concretas. No hay que caer en el juego de pensar que expresiones como la fotografía de Tunick bastan para una imagen sólida; mientras esa libertad artística no se vea respaldada por un país con oportunidades, la imagen quedará distorsionada. En este sentido, el turismo de negocios puede tener un papel fundamental, al potenciar las oportunidades mientras posiciona al país y lo promueve; juegos de la imagen, que pueden significar una armonía total entre forma y fondo.
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