el mentado narco
El tema de moda en las noticias de las últimas semanas ha sido el narco. O, más bien, la lucha contra el narco que el gobierno de Felipe Calderón ha intensificado. Se habla de lo necesario de esta lucha, de la violencia que ha generado en muchas partes del país, y, en fin, de todo eso de lo que no se habló con tal franqueza en muchos años. Sin embargo, y sin afán de ser reiterativos, vale la pena hablar del narco desde un punto de vista que nadie lo ha hecho: ¿cómo podría afectar esta guerra contra el narco a la industria del turismo de negocios en México? Algunas ideas:
1. Por principio de cuentas, en la promoción de México como destino. Por un lado, el gobierno federal ha planteado hacer una mayor inversión en promoción e infraestructura turística, y los datos brindados tanto por SECTUR como por el CPTM así lo comprueban. Sin embargo, es aún mayor la cantidad de recursos que se están invirtiendo en la lucha contra el narco. No sólo de recursos económicos, sino de recursos, por decirlo así, mediáticos: sin duda, por más inversión que se realice para hacer spots promocionales, los noticieros de otros países tienen el ojo puesto sobre la lucha contra el narco – y la consecuente violencia que ha generado.
¿Cómo afecta esto a la imagen de México en el extranjero, y al trabajo de promoción que se está haciendo? Aquí tenemos dos vertientes opuestas: por un lado, para el potencial visitante la violencia generada puede representar un peligro; por otro, la lucha contra el narco puede significar una garantía de seguridad pública creciente. Lo cierto es que, sea cual sea la percepción que de esto haya en el extranjero, la lucha contra el narco detonará un cambio significativo en las estrategias de promoción de México y cada uno de sus destinos.
2. En el propio mercado. En un texto escrito la semana pasada, Salvador Leal habla de que la economía mexicana necesita del narco, se legalice o no el uso de drogas. La razón, explicada de manera puntual por su autor, es sencilla: el narco aporta un movimiento financiero y económico que no se contempla en las cifras oficiales, pero que se calcula asciende al 10% del PIB. Suponiendo que el narco sea erradicado o debilitado, ese movimiento de divisas dejaría de existir, y el mercado se vería afectado de manera negativa. Se dice que la economía mexicana ya ha tocado fondo, y que de aquí en adelante lo que queda es crecer (lo cual supondría un incremento en las posibilidades de la realización de grandes expos de consumo, por ejemplo); sin embargo, no prever las consecuencias de carácter económico que la lucha contra el narco podría tener pueden ser desastrosas para la industria.
3. En la proyección internacional. Actualmente, Felipe Calderón se encuentra dando una gira por Europa, en donde ha pedido a representantes de distintos países apoyo para la lucha contra el narco. Así también lo ha hecho con George Bush, a quien incluso le pidió más apoyo contra el narco y menos discusión sobre la migración. Estas alianzas estratégicas contra el narco podrían significar también una suerte de “deuda política”, que repercutiría de algún modo sobre el comercio y algunos aspectos a su alrededor: quizá menores tasas de comercio externo, o mayores oportunidades para hombres de negocios extranjeros para trabajar en México. Eso no sería tan malo para la industria, dado que muchos intereses internacionales podrían poner los ojos en México. Ello significaría mayor inversión, pero también más competencia.
Éstas son sólo algunas posibles repercusiones que la lucha contra el narco podría tener de cara al turismo de negocios en México. La pregunta que queda al final es si las estrategias actualmente planteadas responden a las necesidades que podrían detonarse.
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